20130825

una crónica que llega a su fin.

Igual que ayer.
No sé por dónde partir. En las películas era distinto, más dramático, más sufrido. Menos profundo, menos reflexivo, quizá.
Hace tiempo que no escribía. Y aunque han pasado un centenar de cosas (algunas más trascendentales e importantes que otras), preferí no dejar constancia de ello.Verbalizar los pensamientos los concreta y dar testimonio de algunos sucesos... es algo que no siempre queremos.

Ayer lo supe por fin.
Fue difícil, fue extraño. Fue muy asertivo.
Luego de meses de imaginar tu rostro sin sangre, tu forma de caminar, de reír, de ser, pude personalizarte. Pude nombrarte. 
Casi siete meses después, puedo hoy pensar en ti y en tu nombre. En tu identidad. En tu yo. ¿Quién habrás sido? ¿Dónde habrás vivido? ¿Habrás tenido esposa, hijos, nietos? Sigue siendo una incógnita y quizá sea mejor que siga siéndolo.

Donde sea que existas hoy en día; te recuerdo seguido. Y espero que nunca te olvide, porque supones importancia. Me enseñaste y mucho. Más de lo que yo en ese momento pude prever. Espero no olvidar tus enseñanzas, espero nunca caer en lo que temo y desprecio. Espero que me ayudes: no será un camino fácil.

Y hoy sí puedo decirlo con más vehemencia, con más solidez. Descansa en paz.
Descansa en paz, Eugenio San Martín.

20130814

sin cadenas sobre los pies.

Me agrada lo que ha ido pasando últimamente.
Misterioso y rico.
:)