20111126

nortequehayperdernoel.

Agua. Burbujas. Movimientos espasmódicamente rítmicos. Arriba. Al lado. Abajo. Al otro lado. Arriba. Glup. Glup. Hu. Hu. Glup. Hu. Hu. Glup. Glup. Hu. Hu. Hu. Flectar. Meter. Flectar. Meter. Arriba. Abajo. Contracción. Relajación. Todo negro. Se ve rojo. Y sigue. Sigue. Sigue. Pero no. Y yo pensaba que era recto. Rodeo. Choque. Llegué.

& mientras lo verde abandona el campo perceptivo; ensimismamiento. En ese vago análisis fotográfico se percibe, sólo así, hasta la más superficial grieta en el tronco. Todo parece ostensible. No es más que lo panorámico. No es más que la fotografía instantánea de la superposición de los planos del aquí y ahora.
Pero tiene sentido realmente divagar a través de lo prohibido? Tu propensión a ello te destruye, sí, pero c'est la vie.

El aleteo de las alas de una mariposa se puede sentir en el otro lado del mundo.

Pero si eres ciego, no puedes escuchar. Y si eres mudo, entonces no puedes ver. Así que si escuchas, ves, hueles, sabes y palmas todo no sentirás nada. Siempre ha sido así. Siempre ha sido costumbre esa divagación al margen de lo objetivo cuando te paras en el vértice superior de la pared y miras hacia abajo. O cuando te sientas en el techo.

Está permitido. Es legítimo.
Hola.

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La melodía de una rumba me dijo: "el secreto no está en la tumba, sino en el vivir".