20100226

Lógica.

Y es precisamente eso lo que no quiero: racionalizar lo irracional. Es casi blasfemo, insano, estúpido. Sintiendo que todo es un proceso mecánico, casi robótico... sintiendo que todo es caótico, idílico... nuevo. Lógica versus Fluidez... ¿Quién ganará este metafísico encuentro? Quien yo quiera que gane... & la medalla es para el sentimentalismo. Vamos... que todo nuevo nos entrega nuevos aprendizajes.

Y nuevamente las leyes de la sacra herencia me aportan cualidades bastante útiles y peculiares y que, asumo, han sido bastante favorables para los episodios vividos. Porque no cualquiera se sienta y arroja lo inútil a la basura, luego del pertinente aprovechamiento de tan sagrado material de la vida. Y bueno, lo típico: el jugo de la rica naranja, bebido, y las cáscaras a la basura. Simple. Útil.

Y me agrada, debo admitirlo: me agrada mucho que escape de toda lógica, que no sea igual a todo lo demás... que me haga entender nuevas cosas, porque en definitiva no se trata de una persona... se trata del momento, de la situación... del hecho de trasfondo. Aquello es lo que realmente importa, quizá. Sustantivamente distinto. Sustantivamente mejor.

Es una especie de rapsódica inexactitud que, después de todo, sí me agrada, aunque lo evite. Porque sí me gusta aprender. Porque debemos ser autodidactas. Porque así soy yo. Un poco raro, un poco ininteligible, pero bastante realista, debo confesar.

Y es que gracias a estos sabores agrios... es que la vida tan dulce.

20100225

Y ahora qué?


"Tus ojos tienen la soledad del tiempo y tu voz un eco a lejanía. En tus pupilas, donde el mundo se retrata, veo ilusiones vacías y entre tus manos un corazón latiendo en agonía". Hiriente realidad.

Uno de los grandes motores, en este momento, es mi pensamiento constructivista. Estoy cansado, hastiado, extenuado, sí... pero ese es el disfraz, la careta, no es lo que importa. Lo que importa es lo que aprendemos. La experiencia. Esto es necesario, ¿para qué? Aún no lo entiendo, pero el tiempo es uno de mis grandes amigos.
Comienzo a entender un par de cosas y eso me agrada. Todo empiezaa mostrarse verdaderamente... y no hay algo que me agrade más que la verdad. Después de todo... no hay nada mejor que sentir.
Hay cosas que realmente valen la pena... quizá esta no. El tiempo lo dirá. El tiempo y yo.
No me importa caer... sólo me importa aprender y obrar bien. Y eso... eso es lo que hago.

"Tus ojos tienen la soledad del tiempo y tu voz un eco a lejanía. En tus pupilas, donde el mundo se retrata, veo ilusiones vacías y entre tus manos un corazón latiendo en agonía".


Sin inspiración.

20100223

La Nación.

En estricto rigor, definamos nación como el conjunto de población con una idiosincrasia y cultura comunes, características que les forja una identidad y que los diferencia del resto de naciones existentes. De ahí nace el nacionalista, el patriota... persona que ama a su nación y que se siente orgulloso de pertenecer a ella. Soy un convencido de que uno de los tantos factores que inciden en el éxito de los servidores públicos (sean o no políticos) es el nacionalismo. El sentir que cada obra, que cada gestión realizada es un regalo para la gente de su nación... un regalo "para su gente"... "para sus hermanos". Ojo... para sus  h e r m a n o s. Yo sé que alguien ya lo ha pensado, pero ¿se dan dado cuenta de que planteo un modelo súper selectivo de servidor público? Así como estoy convencido de ello, creo férreamente que nuestros líderes tienen que ser nacionalistas, patriotas... amar cada faja de tierra de nuestro territorio, sentir amor por cada persona que transita por las calles... por el solo hecho de ser chileno... amarlo. Incondicionalmente. Ese, señores, ESE es el real sentido de servicio público. No basta ser un genio de las finanzas, o un gran orador... lo que se necesita... es gente que ame lo que hace. Que se entregue. Desinteresadamente. Que ame Chile. Porque la Patria, en definitiva... es el paraíso.

Mientras ponía muchísima atención al espectáculo de Coco Legrand recordaba el antiguo Teatro, que era tan importante y tan aclamado por "el pueblo": la crítica social. Esa obra en la que despedazaban a los monarcas, esa obra en la que dejaban entrever el pésimo manejo político que los líderes tenían para con sus conciudadanos. Cómico. Interesante. Invaluable. No olvido una de las últimas cosas que dijo Coco; parafraseando: "Hoy vine a entregarles información, pero con humor. Esa es la diferencia. Demostrarles que la vida hay que vivirla con más humor". Exacto. Exacto. "(...) vine a entregarles información, pero con humor". ¿Se percataron del silencio sepulcral de la Quinta? ¿Se dieron cuenta de que no eran chistes con el fin de hacer reír, sino de concientizar? ¿Percibieron los gestos (cara, cuerpo), el desplazamiento... SE DIERON CUENTA DE CÓMO HACÍA EL ESPECTÁCULO LEGRAND? Dios... me paro y lo aplaudo. Y me emociono. Y lloro. Lo vi en el Festival del Huaso de Olmué (sí, "Millones" de Camila Moreno -cabe destacar la garra con que la cantó- y "La Batea" de Quilapayún), lo veo en el Festival de Viña del Mar: los artistas (músicos, pintores, humoristas, etc.) están preocupados. La sociedad va en una todavía revocable decadencia. Hace falta una renovación política... hace falta gente que ame su patria, que quiera el bien común, y no el de sus bolsillos. La política, amigos míos, no es sólo mandar proyectos de ley al Congreso para que la oposición no te bombardee con críticas, la política no es sólo ir a prometer por las calles... la política es organizar la vida del Estado, de la Nación, de la Gente. La política es la base de todo. Amémosla. Apliquémosla bien... y todo estará asegurado.

Disculpen mi autorreferencia, pero no puedo dejar de amar mi patria. No puedo. Siento el llamado divino... siento esa voz a cada instante, que me guía por la senda correcta -o eso creo-. Amo el servicio público y es el que me impulsa cada día a hacer más, más y más... a entregarle mi vida a la sociedad. Es el motor de mis obras, de mis planes, de mis proyectos. He elegido mi destino... y sé lo que quiero. Hacia allá voy y no me detendré jamás. Viva Chile.


Nota: pensaba escribir más, pero me cohibí.

20100222

Le aléatoire.

Siempre me ha parecido interesantísimo y entretenido el rumbo de la vida... el azar, la causalidad o como quiera determinarlo según sus creencias y aspiraciones. Me fascinan los estados de ánimo, me emboban los sentimientos... Teoría Elíptica del Estado Anímico.

Tal como lo sostienen los existencialistas, los humanos fuimos arrojados al mundo... imperfectos. Así también lo sostiene Sábato. Y mencioné una vez yo que la hermandad-humana se cimenta en el crecimiento paralelo de todos en base a la compartición social de experiencias. Y así como vinimos imperfectamente... vinimos, además, como potenciales acoplamientos para gente. Y luego conocemos personas que nos parecen interesantísimas, a las que nos afianzamos profundamente y a la que luego les llamamos "amigos". Excelente compañía para tiempos como estos. No me puedo quejar.

Análogamente, es como cultivar. Rotatividad de cultivos. Ello le confiere una riqueza inigualable a los suelos. Nuestras vidas se rigen de la misma forma, y si quiere un ejemplo mayor... la política también. La riqueza está en la variedad. Sí, cierto, muy cierto... y sucede lo mismo con los ánimos. Con el azar de los ánimos. Con el azar de las perspectivas, determinadas, lógicamente, por nuestro sentir. Porque, ¿qué sería de nuestras vidas si no rotáramos? ¿Cómo sería sentir si sólo estuviésemos felices o tristes? Qué lata... No necesitamos de más personas para entender distintas visiones de los hechos... sólo a nosotros mismos, ¿egoísta, no? Pero cierto. Basta cambiarnos "las gafas" y vemos con otros matices lo mismo. Simple. Útil. Trascendente.

Y es que necesitamos aceptar y entender que la Tierra no es más que la confluencia de millones de micromundos y que cada uno de ellos tiene algo que aportarnos, algo que enseñarnos y que estamos llamados a no renegar nuestro épico destino: aprender.

20100221

Reivindicada reivindicación.

Hoy ha sido un día de aquellos que desearas tener más a menudo. Escucho música, recuerdo lo vivido hoy, lo vivido... y me lleno de un orgullo indescriptible. Siento que algo en mi interior ruge desmesurada y estruendosamente... cual león exhibiendo su cabrío carácter. No importa lo que suceda... la vida es lo único que tenemos. Amarla y vivirla profundamente es nuestro menester como humanos.

El poder de la verdad es una facultad que tenemos todos los humanos y solemos recurrir a ella cada vez que nos enfrentamos a lastimeras y lamentables situaciones del diario vivir. El problema, señores, es cuando la verdad es malinterpretada. ¿O es que nosotros no sabemos comunicar verdades? Es increíble la forma en que una de las acciones más hermosas del hombre se puede tergiversar tan siniestramente y alcanzar puntos tan... inesperados, hirientes... y es que no todos estamos llamados por esa Verdad. No todos saben usarla. No todos saben comprenderla. He ahí el punto de resignación máxima. Triste, ¿no? Sólo me resta, nuevamente... esperar.

Las despedidas son fortísimas. Nos dejan un sabor agrio difícil de asumir, pero que luego de mucho tiempo nos hacen valorar aún más a las personas. Cliché, triste, pero cierto... "uno valora lo que tiene cuando lo pierde". Qué triste. Qué cierto. Mi visión constructivista de la vida me impide dejar de querer a la gente que ha pasado por mi vida. En definitiva, los humanos estamos llamados a relacionarnos, a entender que vinimos al mundo para crecer conjuntamente. Los humanos somos entes sociales. Querámoslo o no dependemos de todos. Ese es el real sentido de la hermanadad-humana.

Estoy consciente de que quizá fui brusco, pero no fue una mala intención. Yo sólo quería... encontrar paz y calma. Pero claro, me desmesuré y ahora veo malos resultados. Es frustrante pensar que el cariño o amor no puede curar todo. Que no basta querer incondicionalmente a alguien. Es frustrante pensar en la separación física. Es frustrante pensar que si estiro mi mano no hay quien la tome. La cruel distancia. O la inconsciencia de los peligros abordados. Me inclino por la cruel distancia. Vivo, por lo tanto, me arriesgo. Me caigo. Aprendo. Crezco. Quien vive atemorizado no sabe vivir. Categórico, ¿no? Así soy yo. Frustrado, en esta ocasión, porque el amor no es suficiente. Aunque reitero: me aferro a esto nuevo. A esto que me llena, que me contenta y que me entristece a la vez. Me aferro. Me sumerjo en ese mundo propio, inexpugnable... y soy feliz. Después de todo... es mi refugio, el único lugar al que sólo voy yo.

20100220

Rapsódica intensidad.

Llevo aproximadamente seis horas tratando de verter alguna vaga idea en este trozo de ciberespacio. No consigo nada. Una serie de pensamientos me atacan, pero nada concluso. Es un aborto de pensamientos.

La vida tiene un complejo funcionamiento... la tierra, el espacio, las dimensiones... para mí nada tiene una acertada y asertiva explicación. Esa es la razón por la que ahora no me atrevo a negar la eventual existencia de un "ente todopoderoso y creador". Y es por ello que no pretendo vivir cuando lo entienda. Porque eso quiero. Entenderlo. Dimensionarlo... para luego morir. ¿Trágico, no?

Es esa rapsódica intensidad que me ahoga en cada instante... es esa sensación de irresolución que me espanta, que me aterra, que me inquieta y que me hiere. No nací para andar irresoluto, caminando por las sendas de la sagrada creación. No. Pero hay que aprender mucho.

Pero falta mucho para morir. Oh, sí. Muchísimo. Y mientras... vivo. Porque lo dijo Manuel García, "Si la vida es como un naufragio, que sea feliz el que pasa remando". Nada que agregar. Frente este caos... no hay nada más que resignarse y esperar. ¿Esperar a qué? No lo sé. Pero hay que esperar.

Y febrero ha sido significativo dentro de ese marco. He vivido lo suficiente como para poder aseverar inequívocamente que estas tres semanas han sido las más intensas y cambiantes de mi vida. Demasiado que rescatar. Mucha gente valiosa. Sobre todo uno.

Y de eso se han encargado las leyes de la herencia, de la sacra herencia. La inconfesable capacidad de descaotizar lo caótico. Gran poder. Gran responsabiidad. Gran sacrificio. Paradójica visión sesgadamente panorámica. Maturana lo dijo... es la irrenunciable subjetividad humana. Asumámoslo.

Pero afortunadamente (¿ah, sí?) no todo es alegre. Sí, afortunadamente digo. El sr. Febrero y sus matices blanco-grisáceos... después de todo me contenta. Me llena de orgullo. Lo cantó el Gato... "volcán es mi pecho ardiente, su lava insolente cura las heridas". Sí, expreso fatalidad, pero no es así verdaderamente.

Me aferro a lo hermoso y a lo nuevo. A esa sensación que en mi vida había sentido. Sí, me ha sido dañino, pero ¿realmente importa eso? No. No importa. Importa el fondo, no la forma. Importa el hecho puro, no los anexos.

Después de todo... estoy vivo. Y eso... es una felicidad irrevocable.