Menos quince y es como si oliese en cada momento ese aroma típico de las mudanzas. Y para poder mudarse se debe aplicar un principio básico: "mientras menos cuestiones, mires y vaciles... mejor. Así duele menos".
"El reloj se derritió" dijo Cerati alguna vez... y ya estoy ansioso, nervioso, triste, feliz, expectante, miedoso, temerario. Es una mezcolanza extraña que me agrada. La caras de mucha gente dicen más que sus palabras, y en estos momentos los abrazos y besos son irremplazables. Definitivamente sugieren más que el mismo acto de proferir un sonido. Reír y llorar se funden en un sólo acto y sólo hay dos protagonistas para cada cuento. Nada más.
Todo tiene olor a pañuelo blanco... a un pañuelo que espero volver a ver agitándose raudamente en el viento del sur del planeta.
:(
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