Hay muchas transacciones mentales que puedes hacer: barajas plazos, tiempos, situaciones, argumentos... pero si tu mamá lo veta... entonces se acabó todo. Más allá de los sentimentalismos, racionalidades, si tu mamá arguye un "Siempre lo supe", entonces no hay nada más que hacer.
Ahora... resta seguir, mirando hacia adelante. Con la frente en alto y los ojos puestos en el horizonte. Con decisión y fuerza... como siempre.
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La melodía de una rumba me dijo: "el secreto no está en la tumba, sino en el vivir".