Hablar contigo me destruye.
Me destruye saber que estás mal. Que escuchamos lo mismo, que leemos lo mismo. Que pensamos lo mismo. Que sentimos lo mismo.
Me destruye porque me hace darme cuenta de lo lindo que fue todo. De lo importante que eres. De que aunque a veces me den ganas de desaparecer de tu vida, todo se va a la mierda. Me descolocas, rompes mis esquemas.
Me destruye porque me imagino todo de nuevo. Porque te recuerdo. Y me doy cuenta de lo mucho que te necesito, a mi lado.
Me destruye porque recuerdo lo bonito. Te recuerdo en tus mejores momentos, con tus mejores tallas y tus mejores palabras.
Te recuerdo y no dejo de convencerme de lo muy partner que eras en mi vida. De lo rico que era estar contigo. Te recuerdo y recuerdo lo mucho que confiaba en nosotros, en el amor.
Recuerdos, recuerdos, recuerdos...
Me destruye porque afloran mis ganas de luchar por algo que ya no existe. Me dan ganas de luchar por ti. Pese a todo. A los malos ratos, a las peleas, a lo mucho que me desagradan ciertas cosas. Es como si detonaras lo más pasional en mí. No entiendo cómo ni cuándo pasó. Pero eres como la llave de mi caja de Pandora.
Me destruye, porque te amo.
Porque te amo y extraño.
Más que nunca.-
Solíamos decirnos que éramos el uno para el otro. Que habíamos nacido para estar juntos.
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La melodía de una rumba me dijo: "el secreto no está en la tumba, sino en el vivir".